La Estrella Errante trataba de convencerse de que tiene un sendero por seguir. Navega incansablemente en la vacía vastedad del espacio mientras su cuerpo celestial despide un fulgor dorado.
Su viaje ha sido extenso y difícil, pero la estrella errante nunca abandona la esperanza.
Ha estado viajando cientos de eras en la oscuridad, pero la estrella errante nunca abandona la esperanza.
Un día finalmente encuentra su destino: un orbe azul brillante, suspendido en medio del abismo. El brillo del orbe no proviene de la luz si no de su alma, de su corazón, de su mismo ser al estar colmado de la esencia de la vida.
La estrella errante ha encontrado su lugar –pertenece aquí y su misión es resguardar el orbe azul.
El orbe reconoce a su guardián y se acerca.
-¡Te he estado esperando por tanto tiempo! –dice el orbe.
(Ambos comienzan a danzar en armonía).
-“Te has cuidado muy bien”. –dice la estrella”. “No temas más, tenme aquí para tu protección”
La estrella errante y el orbe de azul brillante se hallan plenos de amor y felicidad por el otro pues ahora el orbe tiene alguien que le proteja y la estrella errante ha encontrado su lugar.
La estrella se funde en el espacio, nunca más errará pero permanece siempre en silencio, siempre real observando su precioso orbe azul.
Esta historia fue escrita por Sonhadora inspirada por el titulo de la canción “Wandering Star” de Portishead.
