martes, 30 de agosto de 2011

Resurgiendo


Cayendo y resurgiendo, como el Ave Fénix




“Si te caes diez veces, te levantas
otras diez, otras cien, otras quinientas:
no han de ser tus caídas tan violentas
ni tampoco, por ley, han de ser tantas”.
Almafuerte.-
En algunas oportunidades estas palabras no parecen tan sencillas de llevar a la práctica: uno vivencia sus dolores y angustias como únicas, así se transforman en el eje de la propia vida y la persona queda encerrada en la tristeza y en los fracasos.
Obstáculos se presentan en la vida de todas las personas. La diferencia es cómo ellas las procesan. Algunos, con una cosmovisión muy optimista o simplemente con muchos deseos de “salir adelante” pueden sobreponerse. Tal vez no vuelvan a un estado óptimo y pleno de bienestar, pero pueden manejar la situación. Otros se anquilosan en las dificultades y les cuesta mucho salir de ese lugar.
Sin dudas se puede afirmar que hay personas con una gran tolerancia a la frustración. Pueden sufrir golpes, pérdidas y con el tiempo reponerse. Pero no me refiero a aquellos quienes pueden estar metidos en su cama tres días elaborando un duelo y luego resurgen a su vida como si nada. No. Hay quienes ante fuertes fracasos se sumen en un profundo estado teñido de depresión, y entran en esa especie de túnel negro, sin salida aparente.
El tiempo pasa, y hablo de meses, meses largos, superándose a veces el año. Y el sufriente sigue viviendo su duelo. A veces encerrado en su habitación, sin levantarse, evitando todo tipo de vínculo social, llegando al ostracismo y tratándose apenas con la persona que convive, por razones de fuerza mayor.
Y el dolor es profundo, lacerante, letal. No se le puede poner palabras. Aparece un estado puro de desazón, pesadumbre, desasosiego. Y la persona pasa el tiempo callada….desde afuera se puede creer que está enrollada en sus pensamientos, pero la realidad es que mayormente está con su mente en blanco. El sufrimiento caló tan hondo que hasta pudo con las ideas. Sólo hay sensaciones, sentimientos, emociones…..y todas coloridas de negro.
De repente la persona revive, resurge, nace de nuevo a la vida. Pareciera que no tuviera rastros de los motivos que la tumbaron en su lecho. Y aparece con fuerza, enérgica para recomenzar una nueva vida. O para retomar la anterior en el punto en que la había dejado. Y viven intensamente. Y la alegría, el deseo y el empuje son genuinos. Y su entorno las admira….además de llenarse de felicidad, claro.
Pero esta situación suele ser cíclica. Tal vez el protagonista de nuestra historia está en la cima de una de sus vivencias y vuelve a recaer. Y de nuevo la angustia, el encierro, el estar mudo y abstraído del mundo. Puede ser por meses, puede ser por más de un año. Puede ser por mucho tiempo. No hay “tiempos”. Nada lo reaviva, pues nada llama su atención. Como el caracol, “se mete hacia adentro” y queda anquilosado en su mundo…..seguramente un mundo tan vacío en el que ni siquiera hay deseos, pensamientos o simples ideas. Y si el dolor es aún más fuerte de lo que fue en el anterior episodio, se llega a la anestesia emocional. Y es duro. Muy duro.Con el tiempo aparece un nuevo resurgir….sí, porque esa es la palabra…..la persona revive y “resurge”…..como el Ave Fénix, el ave mitológica del tamaño de un águila, con su plumaje colorado y dorado, naranja, verde, carmesí y rosado, muy brillante. Se habla de ella como si viviera mil años y renaciera cuando muere.
Cuenta la leyenda que cuando al Ave Fénix le llega la hora de su fin, construye un nido de sándalo y otras maderas y hierbas resinosas y aromatizadas, en lo alto de una montaña. Luego, echado sobre él, desplegando sus esplendorosas alas, la luz del sol consume ave y nido, mientras va cantando su más bella melodía y todo queda convertido en perfumadas cenizas.
Entre los restos del incendio se puede ver aparecer un huevo que es empollado por el calor del sol, y así nuevamente nace el ave Fénix, brillante como la luz solar y alimentado por ella. Cuando ha crecido lo suficiente, el joven pájaro junta las cenizas maternales y las esparce. Entonces durante mil nuevos años, el nuevo Fénix cuida el mundo y a sus criaturas, hasta que le llega la hora de morir.
Y esto es lo que acontece con algunas personas. Viven “por ciclos”…..pasan períodos fantásticos, intensos, plenos, con multiplicidad de estímulos enriquecedores. Pero en algún momento algo “los quiebra”. A veces se le puede poner nombre a ese detonante, pero en otras oportunidades la coyuntura es poco clara. Y de nuevo para adentro, como el caracol, y por qué no, como la tortuga.
En estos “bichitos” vemos, desde afuera, ambas caparazones, sus refugios…..los animalitos, más débiles que esas estructuras se amparan en ellas. Y así tenemos que entender que hay seres que transitan de este modo por la vida…
Su coraza puede ser el encierro en el cuarto, en la casa. El ser está dentro, no puede ni quiere interrelacionarse. El ciclo dura un tiempo……….con paciencia podemos esperar a que la persona vuelva a salir. Y con mucha suerte podríamos reencontrarnos con ella….pero la encontraríamos “nueva”, renovada, como al Ave Fénix…….habría renacido, estaría totalmente renovada y con fuerza, llena de bríos, dispuesta a volar….a vivir.
Y por qué no acercarnos amigablemente y con el mayor de los afectos a ella, pensando que podremos disfrutar de “mil preciosos nuevos años”?
Tomemos de esta persona a la que queremos lo que puede darnos, debemos entenderlas, ella está haciendo “lo que puede”. Algunos creen que se trata de personas “necias” que no luchan por una vida íntegra…..pero apelando a la más profunda sensibilidad entendemos que este ser maneja su vida con los recursos que tiene, y sería un deber acompañarlos en el momento en que “celebran la vida” y entenderlos y apoyarlos en las horas más oscuras.


ANÓNIMO

domingo, 21 de agosto de 2011

sábado, 6 de agosto de 2011

Maltrato







Mientras le gritas a tu novia,hay un hombre deseando hablarle al oído.Mientras la humillas,ofendes,insultas y degradas,hay un hombre deseando cortejarla y recordarle que es una gran mujer.Mientras violentas a tu mujer hay un hombre deseando hacerle el amor.Mientras la haces llorar... hay un hombre que le roba todas las sonrisas...